Si estás embarazada, ya te habrás dado cuenta que, en el complejo vitamínico que nos recomienda el ginecólogo para la gestación, está presente el Omega 3.
Mientras que antes las vitaminas y los minerales eran la base de los suplementos vitamínicos, ahora todos van enriquecidos con ácidos grasos esenciales Omega 3.
¿Por qué? La razón es que el Omega 3 se encuentra fundamentalmente en el pescado y en sus aceites, concretamente en la caballa, el atún, el pez espada, los arenques, las sardinas, las anchoas, los salmones y las parrochas y, actualmente tienen un alto contenido de mercurio, un metal altamente tóxico, sobre todo, para el feto durante su desarrollo dentro del útero materno ya que puede llegar a producir daños neurológicos y cerebrales.
Alimentos ricos en Omega 3 para embarazadas
Consumir Omega 3 mediante suplementos, es la opción más segura para ti y para tu bebé, ya que si eliminamos las fuentes acuáticas, el Omega 3 también puedes encontrarlo en alimentos enriquecidos (huevos, pan y zumos), vegetales de hoja verde oscura, aceites de girasol, linaza, y nueces.
No es fácil comer la cantidad adecuada de estos alimentos a diario y la solución fueron los suplementos. Durante la década pasada, se descubrió la importancia de consumir alimentos que contuvieran Omega 3 durante el embarazo. Este ácido graso esencial juega un papel fundamental en el proceso de desarrollo y de crecimiento del bebé.
El Omega 3 es beneficioso para el desarrollo del cerebro, la formación de la retina y el desarrollo del sistema nervioso central. Si el bebé no consiguiera la cantidad adecuada de Omega 3, a través de la alimentación materna, comenzaría a tomarlo de las reservas de la madre, que se localizan en el cerebro.
Por tanto, según algunos investigadores, la deficiencia de Omega 3 podría tener como consecuencia la pérdida de hasta un 3 por ciento de las células cerebrales maternas. Además, el Omega 3 es también necesario para disfrutar de un embarazo sano y saludable porque ayuda a reducir las probabilidades de desarrollar preclampsia, reduce el riesgo de sufrir de depresión postparto, incrementa las posibilidades de dar a luz a un bebé de bajo peso y minimiza las posibilidades de tener un parto pretérmino o mediante cesárea.
Y aún hay más. El hecho de consumir Omega 3 durante el embarazo ha probado que, según los estudios llevados a cabo en bebés expuestos a niveles adecuados de Omega 3 durante la gestación, éstos podían mantener su atención por un mayor período de tiempo, y a su vez, poseían una mayor agudeza visual si se los comparaba con otros niños no expuestos a dosis de Omega 3.
Su desarrollo también fue precoz, superando por dos semanas al de los otros niños, y además presentaban una menor probabilidad de padecer problemas de desarrollo y de conducta en el futuro, y una menor incidencia de padecer de cáncer de mama y de próstata. Durante el embarazo, la dosis recomendada es de 250 mgs. de Omega 3 por día, sobre todo durante el tercer trimestre, ya que durante esta etapa el bebé utilizará el Omega 3 para la formación de aproximadamente el 70 por ciento de su sistema cerebral y, al mismo tiempo estará, además, actuando en el resto de su sistema nervioso.
https://www.guiainfantil.com