¿Cómo afecta la intolerancia a la lactosa a los prematuros, a los bebés y a los niños?
Los bebés prematuros suelen tener un sistema digestivo inmaduro y algunas veces tienen intolerancia a la lactosa. El mejor alimento para el bebé prematuro es la leche materna. Los niños nacidos a término generalmente no muestran signos de esta intolerancia hasta que tienen al menos 3 años de edad. Puede manifestarse en diversos momentos de la vida.
¿Qué síntomas característicos presentan los niños y bebés con intolerancia a la lactosa?Los síntomas se presentan frecuentemente de 30 minutos a dos horas después de comer o beber productos lácteos y, a menudo, se alivian no ingiriendo estos productos. Las dosis grandes de productos lácteos pueden causar síntomas peores como distensión abdominal, cólicos abdominales, diarrea, gases o flatulencia, náuseas e incluso crecimiento lento o pérdida de peso.
¿Qué se debe hacer cuando se detecta intolerancia a la lactosa en niños y bebés?
Cuando un niño presenta síntomas de intolerancia a la lactosa, se deben retirar de la dieta por unas dos semanas todos los productos lácteos. Esta medida puede ayudar a resolver el problema. Pasado ese tiempo, se puede reintroducir la leche en la dieta en pequeñas cantidades. Cada día, los padres pueden darle al niño mayores cantidades de leche, prestando mucha atención al retorno de los síntomas. Es muy importante mantener el resto de los elementos de la dieta constantes y simples durante este periodo, ya que hay otros alimentos que podrían causar síntomas semejantes. Si los síntomas del niño mejoran durante la dieta sin lácteos y vuelven dentro de 4 horas de haber tomado leche, se considera el diagnóstico de intolerancia a la lactosa.
Cada vez más se piensa en utilizar a los alimentos funcionales dentro del tratamiento de las intolerancias alimentarias. Los alimentos funcionales son aquellos alimentos, que se consumen como parte de una dieta normal y contienen componentes biológicamente activos, que ofrecen beneficios para la salud y reducen el riesgo de sufrir enfermedades.
Entre algunos ejemplos de alimentos funcionales, destacan los alimentos que contienen determinados minerales, vitaminas, ácidos grasos o fibra alimenticia, los alimentos a los que se han añadido sustancias biológicamente activas, como los fitoquímicos u otros antioxidantes, y los probióticos, que tienen cultivos vivos de microorganismos beneficiosos.