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miércoles, junio 08, 2016

Alimentar a tu niño puede ser un reto diario. No te impacientes, es solo una etapa. Si bien la alimentación de los niños es un proceso que constantemente está entre las preocupaciones de los padres, durante los primeros dos años está relacionada con condiciones como el cambio de leche a alimentos complementarios, introducción de otros, manejo de texturas, uso de la cuchara, entre otros.  “Luego de esta etapa comienzan a aparecer en los padres frases como “antes se comía todo lo que le daba y ahora no quiere comer” o “no sé qué hacer para que coma”, lo cual puede resultar en la consulta a especialistas, como parte del temor a que el niño esté mal alimentado, baje de peso y talla”.  Existen tres tipos de inapetencia:  Inapetencia fisiológica:  Los niños, después de cumplir el primer año de vida, no crecen ni aumentan de talla como en los meses anteriores. “En esta etapa se desacelera su crecimiento y adquiere nuevas habilidades. El infante se interesa más por el juego y por el mundo a su alrededor que por la comida”.  Así mismo, disminuyen sus necesidades calóricas. En los primeros 12 meses, el pequeño requiere de 100 a 120 calorías por kilo, mientras que en la etapa preescolar entre 80 y 100, señala la nutricionista Adriana Cleves.  Inapetencia orgánica:  la segunda inapetencia suele ir acompañada de algún tipo de enfermedad, como problemas infecciosos en los riñones, en los pulmones o gastrointestinales. En los primeros 12 meses de vida, los bebés deben comer muy bien, indica el doctor Gómez. Si no quieren recibir leche materna o, entre los 6 y los 12 meses ningún alimento, es prudente consultar con el pediatra.  Inapetencia relacionada a los malos hábitos:  El tercer tipo de inapetencia es producto de malos hábitos alimentarios. Por ejemplo, los menores consumen dulces y comidas de paquete en exceso. “También influyen la omisión de comidas, la laxitud de los fines de semana con respecto a los horarios, la poca variedad en el menú, el consumo de líquidos antes de una comida principal y el que no se cambie la consistencia de los alimentos -se le licúa aún las preparaciones al niño de 1 año-, creando en el infante problemas de deglución.  ¿Cómo hacer que el avioncito aterrice en el aeropuerto?  Especialistas y pediatras consideran que lo más importante en esta etapa es asegurar que el niño reciba los nutrientes necesarios en una buena alimentación, al igual que la ingesta mínima de tres comidas grandes y dos meriendas entre estas.  Deben mantenerse los horarios, al igual que en un margen de tiempo determinado. El tiempo de alimentación de un niño en esta edad no debe superar los 20 o 30 minutos y no debe iniciar con ofertas como el jugo o estrategias distractoras.  Es ideal que la comida sea llamativa y variada en la alimentación de los niños, evitar azúcares artificiales, al igual que manejar porciones acordes con la edad del niño, pues en ocasiones se considera que no se está alimentando, cuando en realidad la porción es muy grande para su edad.  ¿Pueden utilizar suplementos?  “Es importante que sea, precisamente, el especialista quien determine la cantidad que necesita el infante" El trabajo en familia también es importante  Establecer horarios claros: las comidas deben tener un horario establecido, al igual que un espacio como el comedor, donde se pueda compartir en familia. Evitar situaciones de pelea: cuando un niño no quiere recibir comida, es claro que no se debe pelear con él. Esto no quiere decir dejar de darle el alimento, simplemente en ese momento se retira el plato y se evita otro alimento que sí sea llamativo.  Tips para ayudar a tu pequeño:  1 Limita el tiempo de comer.  2 No lo cucharees.  3 Para la lonchera o merienda, mándale alimentos como frutas, queso, agua y jugos naturales.  4 Evita en la alimentación del niño productos con altos índices de azúcar como galletas, jugos de caja, entre otros.  5 Dale alimentos llamativos con variedad y diseño del plato.  6 Evita dar galguerías o usarlas como compensación por no consumir las comidas grandes.  7 No inicies con los líquidos o jugos el momento de la comida.  8 Inicia con pequeñas porciones y poco a poco involucra porciones más grandes acorde a la edad del niño.  9 Recuérdale las actividades que pierde o que podría hacer si comiera más rápido (salir a jugar).  10 Felicítalo cuando coma bien.

Alimentar a tu niño puede ser un reto diario. No te impacientes, es solo una etapa.

Si bien la alimentación de los niños es un proceso que constantemente está entre las preocupaciones de los padres, durante los primeros dos años está relacionada con condiciones como el cambio de leche a alimentos complementarios, introducción de otros, manejo de texturas, uso de la cuchara, entre otros.

“Luego de esta etapa comienzan a aparecer en los padres frases como “antes se comía todo lo que le daba y ahora no quiere comer” o “no sé qué hacer para que coma”, lo cual puede resultar en la consulta a especialistas, como parte del temor a que el niño esté mal alimentado, baje de peso y talla”.

Existen tres tipos de inapetencia:

Inapetencia fisiológica:
Los niños, después de cumplir el primer año de vida, no crecen ni aumentan de talla como en los meses anteriores. “En esta etapa se desacelera su crecimiento y adquiere nuevas habilidades. El infante se interesa más por el juego y por el mundo a su alrededor que por la comida”.
Así mismo, disminuyen sus necesidades calóricas. En los primeros 12 meses, el pequeño requiere de 100 a 120 calorías por kilo, mientras que en la etapa preescolar entre 80 y 100, señala la nutricionista Adriana Cleves.
Inapetencia orgánica:
la segunda inapetencia suele ir acompañada de algún tipo de enfermedad, como problemas infecciosos en los riñones, en los pulmones o gastrointestinales. En los primeros 12 meses de vida, los bebés deben comer muy bien, indica el doctor Gómez. Si no quieren recibir leche materna o, entre los 6 y los 12 meses ningún alimento, es prudente consultar con el pediatra.
Inapetencia relacionada a los malos hábitos:
El tercer tipo de inapetencia es producto de malos hábitos alimentarios. Por ejemplo, los menores consumen dulces y comidas de paquete en exceso. “También influyen la omisión de comidas, la laxitud de los fines de semana con respecto a los horarios, la poca variedad en el menú, el consumo de líquidos antes de una comida principal y el que no se cambie la consistencia de los alimentos -se le licúa aún las preparaciones al niño de 1 año-, creando en el infante problemas de deglución.
¿Cómo hacer que el avioncito aterrice en el aeropuerto?
Especialistas y pediatras consideran que lo más importante en esta etapa es asegurar que el niño reciba los nutrientes necesarios en una buena alimentación, al igual que la ingesta mínima de tres comidas grandes y dos meriendas entre estas.
Deben mantenerse los horarios, al igual que en un margen de tiempo determinado. El tiempo de alimentación de un niño en esta edad no debe superar los 20 o 30 minutos y no debe iniciar con ofertas como el jugo o estrategias distractoras.
Es ideal que la comida sea llamativa y variada en la alimentación de los niños, evitar azúcares artificiales, al igual que manejar porciones acordes con la edad del niño, pues en ocasiones se considera que no se está alimentando, cuando en realidad la porción es muy grande para su edad.
¿Pueden utilizar suplementos?
“Es importante que sea, precisamente, el especialista quien determine la cantidad que necesita el infante"
El trabajo en familia también es importante
Establecer horarios claros: las comidas deben tener un horario establecido, al igual que un espacio como el comedor, donde se pueda compartir en familia. Evitar situaciones de pelea: cuando un niño no quiere recibir comida, es claro que no se debe pelear con él. Esto no quiere decir dejar de darle el alimento, simplemente en ese momento se retira el plato y se evita otro alimento que sí sea llamativo.
Tips para ayudar a tu pequeño:
Limita el tiempo de comer.
2 No lo cucharees.
Para la lonchera o merienda, mándale alimentos como frutas, queso, agua y jugos naturales.
4 Evita en la alimentación del niño productos con altos índices de azúcar como galletas, jugos de caja, entre otros.
5 Dale alimentos llamativos con variedad y diseño del plato.
6 Evita dar galguerías o usarlas como compensación por no consumir las comidas grandes.
7 No inicies con los líquidos o jugos el momento de la comida.
Inicia con pequeñas porciones y poco a poco involucra porciones más grandes acorde a la edad del niño.
9 Recuérdale las actividades que pierde o que podría hacer si comiera más rápido (salir a jugar).
10 Felicítalo cuando coma bien.

¿Dejó de comer? No te desesperes

martes, enero 14, 2014

TIPS PARA QUE LOS NIÑOS COMAN DE TODO

Los niños en edades de preescolar y escolar pueden presentar una disminución del apetito y falta de interés por probar nuevos alimentos. Entonces, como padre, seguro te preguntas: ¿cómo lograr buenos hábitos de alimentación?
Esta situación es normal, ya que en esta etapa el crecimiento no es tan acelerado como durante el primer año de vida o adolescencia. Además, los niños pasan la mayor parte del tiempo jugando y descubriendo su realidad, lo que genera que la hora de la comida no sea tan divertida como el resto del día.
Sin embargo, es muy importante que desarrollen buenos hábitos de alimentación desde temprana edad. Es necesario poner en la mesa y ofrecer a los niños diferentes tipos de alimentos saludables, además de mostrarles que, como padre, también los comes y disfrutas.
Por ello, te brindamos algunas sugerencias para lograr que los niños coman de todo, lo cual sirve además para fomentar buenos hábitos de alimentación que perduren toda su vida:
1. Aprovechar el hambre y la sed. Cuando los niños tienen hambre,es mucho más probable que coman y tomen todo lo que se les ofrezca, por esto, en el momento que tienen hambre deben empezar a comer los alimentos a los cuales no están acostumbrados o que dicen no gustarles. Lo mismo sucede con la sed.
2. Pruebas constantes de nuevos alimentos. Para que un niño acepte un alimento nuevo es necesario que lo pruebe en múltiples ocasiones, en diferentes días y servido de formas diferentes.
Varios estudios revelan que las preferencias alimenticias de los niños están fuertemente ligadas al número de veces que se les expone a ellos, así como a la persistencia por parte de los padres a presentar la comida que los niños rechazan. Es posible que sea necesario poner de 10 a 15 veces un alimento diferente antes de que se acostumbre a comerlo o que llegue, incluso, a probarlo.
Juntos en la cocina
Juntos en la cocina
3. Juntos de compras y en la cocina. Cuando se compren losalimentos, invita a los niños, enséñalos y déjalos tocar, oler y escoger la fruta y la verdura. Si ya saben leer, enseñar a revisar la fecha de caducidad. En la cocina, dejar que ayuden con alguna actividad sin riesgo. A la hora de comer pueden ayudar a lavar, por ejemplo, la manzana o a pelar la mandarina.
4. Que pasen desapercibidos o combinarlos. Otra muy buena manera de hacer que los niños coman alimentos que no aceptan es hacer que éstos pasen desapercibidos. Puedes mezclarlos con alimentos que les gusten.
5. Fomentar la elección. Para la comida o cena, es fundamental  preguntar al niño cuál de las dos opciones de verduras que tengas preparadas prefiere. Con ello se logra que el niño sienta que su opinión cuenta y se crean los buenos hábitos. También resulta ser una pista para los padres a la hora de saber qué es lo que más le gusta y aprovechar la ocasión para introducir nuevas recetas.
No siempre los niños son receptivos a comer y a probar los nuevos sabores y texturas. Dicen que nos les gusta o que les da asco. Así que se está frente al reto para conseguir que coman sin rechazar y sin que la comida se convierta en una lucha de poder.
Para los niños que están en fase de crecimiento, es fundamental que comiencen cuanto antes a adquirir buenos hábitos de alimentación.
Juntos en la comida
Juntos en la comida
Para transformar la hora de la comida en un momento de disfrute trata de comer en familia, si los horarios laborales de los padres lo permite, por lo menos, durante la cena. Acostumbra a tu hijo desde pequeños a la variedad de sabores, teniendo en cuenta el aspecto nutricional de la comida y los colores.
Evita preguntarle qué quiere comer, aunque en el plato incluyas alguno de los alimentos preferidos de tu hijo. Cuando le ofrezcas un nuevo alimento, que sea poca cantidad; sólo se necesitan de algunos bocados para que pruebe el sabor; de esta manera evitarás despediciar comida.
Ten en cuenta que para que un niño se acostumbre a un nuevo sabor, necesitará probarlo por lo menos de diez a quince veces.
Evita trasladarle preocupaciones acerca de los alimentos o demostrarle tu ansiedad si él no termina su plato, esto sólo provocará más resistencia, y es lo que después de todo quieres evitar.
Si notas que tu hijo no aumenta de peso o lo que es peor, está por debajo de su peso normal, consulta con su médico de cabecera. Muchas veces, los pediatras deciden suministrar algún tipo de vitaminas, que lo ayude a ganar peso y a abrir el apetito


TIPS PARA QUE LOS NIÑOS COMAN DE TODO

jueves, agosto 15, 2013

En agosto de 2008, se publicó un estudio cuyo principal hallazgo fue la asociación entre bajos niveles de vitamina D y riesgo de muerte incrementado.

Esta investigación se llevó a cabo en Estados Unidos, sobre 13.331 pacientes mayores de 20 años a quienes se les realizó un estricto seguimiento en términos de mortalidad (frecuencia y causa) durante un promedio de 8,7 años.
De sus conclusiones, lo más relevante es la documentación de un incremento del 26% en el riesgo de muerte de la población general con bajos niveles de vitamina D. Otro hallazgo fue la identificación de aquellos pacientes con mayor riesgo de presentar carencia de vitamina D: edad avanzada, sexo femenino, etnia/raza no blanca, diabetes mellitus, hábito tabáquico (fumadores) y sobrepeso (definido como un índice de masa corporal elevado).
También se evidenció (como en estudios anteriores) que niveles muy elevados de vitamina D pueden presentar efectos deletéreos sobre la salud. De esto se deduce que, como la mayoría de las sustancias en el organismo, la vitamina D posee niveles de acción óptimos o deseables, teniendo efectos negativos su carencia como su exceso o sobredosificación.
Requerimientos diarios de vitamina D.
Para bebés a adultos de hasta 50 años de edad la cantidad diaria recomendada es de 200 unidades internacionales (UI) de vitamina D. Para adultos de 51-70 años de edad se necesitan 400 UI y, para los mayores de 70 años, se recomiendan 600 UI. Hable con su médico de las cantidades diarias y de la exposición solar apropiadas en su caso, al igual que de la necesidad de tomar suplementos, en particular si corre riesgo de desarrollar deficiencia. Un exceso de suplementos de esta vitamina puede traducirse en concentraciones excesivas y acompañarse de problemas como náuseas, vómitos y debilidad o incluso confusión y anomalías del ritmo cardíaco (arritmias), por lo que se recomienda no abusar del consumo de este tipo de productos.
Personas con mayor riesgo de presentar carencia de Vitamina D.
•Bebés alimentados exclusivamente con lactancia materna o que reciben menos de 2 tazas al día de leche artificial para bebés o enriquecida con vitamina D.
•Personas de piel oscura.
•Personas con exposición muy limitada a la luz solar.
•Personas con enfermedades asociadas a malabsorción de grasas, como pancreatitis, fibrosis quística, celiaquía y resección quirúrgica del intestino.
•Personas con enfermedad del hígado o riñón o deficiencias enzimáticas.
En todo caso, debe considerar el consumo de Aceite de Hígado de Bacalao Pronat cuando menos 2 veces al año, especialmente durante las estaciones de otoño e invierno.
De sus conclusiones, lo más relevante es la documentación de un incremento del 26% en el riesgo de muerte de la población general con bajos niveles de vitamina D. Otro hallazgo fue la identificación de aquellos pacientes con mayor riesgo de presentar carencia de vitamina D: edad avanzada, sexo femenino, etnia/raza no blanca, diabetes mellitus, hábito tabáquico (fumadores) y sobrepeso (definido como un índice de masa corporal elevado).
También se evidenció (como en estudios anteriores) que niveles muy elevados de vitamina D pueden presentar efectos deletéreos sobre la salud. De esto se deduce que, como la mayoría de las sustancias en el organismo, la vitamina D posee niveles de acción óptimos o deseables, teniendo efectos negativos su carencia como su exceso o sobredosificación.
Comentado por: Lic. Nut. Josué Rodriguez Sosa
Link original: archinte.ama-assn.org/cgi/content/short/168/15/1629

DEFICIENCIA DE VITAMINA D Y MORTALIDAD

sábado, junio 29, 2013

Cuidando a un niño a temprana edad puede ayudarle a desarrollar un hipocampo más grande, la región del cerebro importante para el aprendizaje, la memoria y las respuestas al estrés, un nuevo estudio lo demuestra.

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Una investigación previa con animales mostró que el apoyo materno precoz tiene un efecto positivo sobre el crecimiento del hipocampo de una rata joven, la producción de las células del cerebro y su capacidad para lidiar con el estrés. Los estudios en niños humanos, por el contrario, encontraron una conexión entre las experiencias sociales y el volumen de la amígdala, que ayuda a regular el procesamiento y la memoria de las reacciones emocionales. Numerosos estudios también han encontrado que los niños criados en un ambiente de consolidación suelen ser mejor en la escuela y son emocionalmente más desarrollados que sus compañeros no cuidados.
Las imágenes del cerebro han revelado que el amor de una madre, físicamente afecta el volumen del hipocampo de su hijo. En el estudio, los hijos de madres que están pendientes del cuidado de sus hijos, tuvieron un volumen 10 por ciento mayor que los niños cuyas madres no estaban más pendientes de su cuidado. Las investigaciones han sugerido un vínculo entre un hipocampo más grande con mejor memoria.
“Ahora podemos decir con confianza que el entorno psicosocial tiene un impacto material en la forma en que el cerebro humano se desarrolla,” dijo el Dr. Joan Luby, investigador principal del estudio y psiquiatra de la Washington University School de Medicina en St. Louis, Mo . “Pone un viento muy fuerte detrás de la idea de que el cuidado temprano de los niños afecta positivamente a su desarrollo“.
La investigación es parte de un proyecto en curso para seguir el desarrollo de los niños con depresión a edad temprana. Como parte del proyecto, Luby y sus colegas previamente midieron el apoyo maternal que niños -con edades de 3 a 6, y que tenían ya sea síntomas de depresión, otros trastornos psiquiátricos o ningún problema de salud mental-, recibieron durante la llamada “tarea de espera.”
Los investigadores colocaron a la madre y el niño en una habitación, junto con un regalo atractivamente envuelto y una encuesta que la madre tenía que llenar. A los niños se les dijo que no podían abrir el regalo hasta que hubieran pasado cinco minutos -, básicamente, hasta que sus madres hubieran terminado la encuesta. Un grupo de psiquiatras, que no sabía nada acerca de la salud de los niños o los temperamentos de los padres, calificó la cantidad de apoyo que las madres daban a sus hijos.
Una madre que apoyó mucho , por ejemplo, consolaba a su hijo, explicando al niño que tenía sólo unos pocos minutos más de espera y que ella entendía que la situación era frustrante. “La tarea recapitula cómo es en la vida cotidiana”, dijo Luby a LiveScience, lo que significa que ofrece a los investigadores una idea de la cantidad de apoyo que recibe el niño en casa.
Ahora, cuatro años más tarde, los investigadores les hicieron una resonancia magnética a 92 niños que se sometieron a la tarea de espera. Comparado a niños no deprimidos con apoyo maternal, los niños no deprimidos con más bajo apoyo maternal, tuvieron 9.2 por ciento menor el volumen del hipocampo, mientras que los niños deprimidos con bajo y alto apoyo tuvieron 6,0 y 10,6 por ciento de volumen más pequeño, respectivamente.
Aunque el 95 por ciento de los padres en el estudio eran madres biológicas de los niños, los investigadores dicen que los efectos que da la crianza en el cerebro son propensos a ser el mismo para cualquier cuidador principal. [Porqué los padres gays pueden ser los mejores padres]
Luby y su equipo continuarán siguiendo a los niños a medida que crecen, y planean ver cómo otras regiones del cerebro se ven afectados por la crianza parental durante los años preescolares.
“Ahora está claro que la calidad de la crianza que un padre da al niño, no sólo es bueno para su desarrollo, pero en realidad cambia físicamente el cerebro”, dijo Luby.
El estudio fue publicado en línea (30 de enero de 2011) en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias.
Para saber más: Estrés en niños,    Memoria

La crianza amorosa hacia un niño estimula el crecimiento

miércoles, junio 19, 2013

cepillarse niños
Se debe enseñar a los niños a cepillarse al menos dos veces al día


El consejo clave para cuidar la salud bucal de tu hijo desde su nacimiento es la prevención. Aprende y educa a tu niño en la prevención.Embarazo
La prevención de las caries en tu bebé, comienza desde el momento en que has concebido.
“Desde el momento que sabe que está embarazada, la mamá debe estar libre de caries y sin enfermedad periodontal como: la gingivitis, que daña las encías o pérdida de hueso por factor hormonal o higiene. La mamá debe estar sana…” asegura el odontólogo Tzontemoc Blancas
Primeros meses de tu bebé
Como cuidaste tu salud bucal en el embarazo, debes seguir conservándola después que tuviste a tu bebé. Ya que, aunque nunca tengas problemas con las caries, el embarazo puede descalcificarte y bajar tus defensas o protección ante el ataque de las bacterias.
¿Por qué te lo decimos? Porque si llegaras a tener caries, a través de tu saliva puedes contagiar a tu bebé. “Esto se llama contaminación cruzada. Cuando la mamá saliva, si tiene caries, estos microorganismo caen en la cara de su bebé…” explica el odontólogo.
No te alarmes si algunos conocidos o familiares cargan a tu bebé. Éste tipo de contagio se suele dar a través de la madre, que es quien tiene a su niño, más tiempo en brazos. Y si estás libre de caries, no hay posibilidad de contagio.
Revisión odontológica
Blancas indica que, generalmente “el pediatra es quien revisa la boca del niño y les avisa a sus papás cuando encuentra algún problema de caries. Por ello, lo ideal es que, cuando le salen los primeros dientes -a los 9 meses- lleves a tu niño con tu odontólogo…” o bien, con un especialista infantil.
Visita preventiva
Llevar a tu niño al dentista desde los 9 meses te ayudará porque el médico podrá indicarte cómo limpiar sus dientes: con una gasa húmeda o cepillo, sin pasta o con pasta especial, en los primeros meses.
En sus siguientes revisiones, tu niño aprenderá a cepillarse con su dentista. Etapa que supervisarás hasta los 5 o 6 años, donde tu niño está en condiciones de cepillare solo.
El odontólogo explica que, aunque “… a los 3 años ya podrá agarrar el cepillo, aún agarrándolo, no tiene la capacidad motriz de cepillarse correctamente los dientes”. Por ello, debes de ayudarle a realizar su higiene bucal. “A partir de los 4 años, el niño podrá cepillarse solo pero con supervisión de los padres. Hasta los 5 o 6 años podrá hacer los movimientos necesarios para su higiene”, asevera el odontólogo.
Cepillado
  • Para el cepillado existen varias líneas de cepillos infantiles y según las edades.
  • El lavado debe ser mínimo 2 veces al día, en la mañana y, la que es de rigor es en la noche.
  • Si lavas con pasta debe ser con poca.
  • Acerca de las pastas indicadas según la edad, pregunta en farmacias, en donde están disponibles.  
Tzontemoc Blancas
Odontólogo
Para saber más : Embarazo

Cuidado y prevención de los dientes.

viernes, junio 07, 2013

A través del juego el pequeño tramita la separación de sus padres y su progresiva independencia. Más adelante será él mismo el protagonista de la acción y pasará horas tirando al suelo objetos para que mamá o papá se los recojan y los vuelva a tirar.
La sociedad en la que nos toca vivir actualmente no es la de hace unos años atrás: los tiempos son otros, vivimos a otros ritmos, tenemos más exigencias y el consumo tiene una fuerte influencia en nuestras vidas; vivimos en la era del consumo de información y de objetos y en la era de la velocidad: necesitamos respuestas y resultados rápidos, siempre nos falta tiempo, nos es difícil detenernos.
Nuestras acciones inevitablemente están influenciadas por el tiempo, la cultura en la que vivimos y ello determina cómo educamos y nos dirigimos a nuestros hijos. La oferta de juguetes de hoy en día es impresionante y no solo eso: los juguetes ahora prometen beneficios que prometen “superniños”. Las largas horas fuera de casa que nos generan culpas o la necesidad de que a nuestro hijo no le falte nada nos conduce muchas veces en una compra compulsiva de juguetes. De esta manera, ¿que le transmitimos a nuestros hijos, que los objetos tienen valor o que todo da lo mismo?
Lo importante es ofrecerle un juguete por vez y darle tiempo al pequeño para que lo explore y por sus propios medios descubra diferentes juegos o actividades para hacer con el mismo. La mejor receta es darle espacio para que nos pida, para poder elegir y sobre todo para desear y aprender a esperar.
Primer trimestre
Los mejores juguetes:  de colores contrastantes, música suave, móviles.
  • Cuando el bebé nace, sus movimientos al principio son poco coordinados, puede voltear la cabeza de lado a lado, y ver objetos a una distancia de aproximadamente 20 cm.
  • En esta etapa le llaman la atención los colores contrastantes, (dado que su visión aún no está desarrollada como la de los adultos), por eso son recomendables los juguetes u objetos con éstas características como por ejemplo con colores negro, blanco y rojo.
  • También disfruta mucho de la música suave, y mejor aquella que escuchaba mamá en la panza, ya que la reconocerá y le trasmitirá una enorme seguridad.
  • Los móviles coloridos y musicales resultan sumamente atractivos y le permiten comenzar a diferenciar el movimiento de la quietud.
Entre los 3 y 4 meses
Los mejores juguetes: coloridos, de distintos materiales, texturas y formas, títeres.
  • Alrededor de los 3 meses el bebé cuenta con la capacidad de mirar voluntariamente lo que desee y empieza a interesarle el mundo que lo rodea más allá de mamá. Comienza a agarrar voluntariamente objetos relativamente grandes con toda su mano por eso se fascinará con los juguetes coloridos confeccionados con distintos materiales, texturas y formas para estimular todos sus sentidos.
  • Si los juguetes hacen ruido, además de estimular el sentido del oído, estimularán también el desarrollo de su coordinación motora más rápidamente. Los títeres de boca y ojos grandes son una excelente herramienta a partir de esta etapa ya que se asemejan al rostro humano que es lo que más les llama la atención del bebé y los invita a comunicarse moviendo todo su cuerpo.
6 a 9 meses
Los mejores juguetes: pelotas, autitos, muñecos a cuerda, cubos apilables.
  • A medida que va creciendo, el juego se torna mucho más interactivo debido a que puede sentarse y gatear, esto le permite ver el mundo de otra manera, desde otro ángulo más enriquecedor. Además cuenta con la habilidad de poder acercarse por si solo a los objetos que desee.
  • Por esta razón se divertirá con los juguetes que caminen o se desplacen como también aquellos que pueda golpear, apretar y tirar al suelo haciendo mucho ruido. Las pelotas, los autitos, los muñecos a cuerda y los cubos apilables son los ideales en esta etapa.
9 a 12 meses
Los mejores juguetes: de encastre, teléfonos, aros y cubos que se insertan uno dentro de otro.
  • Alrededor de los 9 a los 12 meses los movimientos del bebé son muchos más controlados, puede ubicar sus dedos en forma de pinza logrando así un mayor control de su mano permitiéndole agarrar objetos más pequeños y soltarlos voluntariamente.
  • Además su desarrollo cognitivo es mayor, lo divertirá y se interesará mucho por los juegos de poner y sacar (de encastre) y aquellos que imitan los objetos que utilizan los grandes como ser los teléfonos de juguete con sonidos. Los aros que se colocan en un tubo central, los cubos que se insertan uno dentro del otro son también ideales en esta etapa.
  • Es importante que siempre controles que sean seguros, minimizando los riesgos de accidentes.
12 a los 18 meses
Los mejores juguetes: apilables, de oprimir/saltar, libros de cuentos, crayones y hojas.
  • En esta etapa, aproximadamente las capacidades de su hijo para interactuar con el medio son cada vez mayores, es posible que haya dado sus primeros pasos y si aún no lo hizo también pronto lo hará.
  • Es importante brindarle un lugar seguro donde pueda jugar y explorar sin limitaciones, sin tener la necesidad de estar controlándolo constantemente de que no se golpee o rompa algo.
  • Se sentirá muy atraído por los juegos apilables, que le permitirán conocer acerca de las formas y los tamaños, los juegos de oprimir (con sorpresa) ayudan a la coordinación mano-ojo y también a descubrir el concepto de las causas y efectos de las cosas: cuando hago esto (oprimir) sucede esta cosa (salta).
  • Llamarán su atención los libros de cuentos, sentirá placer por las narraciones apelando a toda su imaginación.
  • También comenzará con sus primeros garabatos, un hermoso signo de su creatividad. Crayones y hojas en mano aunque muchas veces utilizará otras superficies.
  • Los bloques de plástico que se encajan unos en otros ofrecen una mayor coordinación pues encajarlos exige una enorme precisión y fuerza.  Verá como pronto utilizará su imaginación para construir casas, castillos, etc.
18 y 24 meses
Los mejores juguetes: pelota, juegos al aire libre, jugar en la arena, trabajar con plastilina, actividades musicales, autos, trenes y muñecos.
  • En esta etapa su hijo será cada vez más independiente, la coordinación al caminar está cada vez más desarrollada, incluso va a poder ver cómo puede correr en determinados momentos.
  • Es por ello que los juegos con pelota le resultarán muy interesantes y divertidos, podrá tirarla, patearla e incluso jugar con toda la familia.
  • Los juegos al aire libre, jugar en la arena, trabajar con plastilina, actividades musicales, todo esto mantendrá a su hijo divertido y entretenido.
  • Jugar con autos, trenes y muñecos le va a brindar a su hijo muchas oportunidades para desarrollar toda su imaginación.
2 y los 3 años
  • Los mejores juguetes: títeres, el diálogo, las canciones, los cuentos, rompecabezas, triciclos, bicicletas, jugar en una pileta, jugar a la pelota, saltar y correr.
  • Su hijo está y se sentirá capacitado para hacer muchísimas cosas, puede mantener la atención por períodos cada vez más largos, necesita y pide cada vez más estímulos.
  • Es una edad en donde disfrutará mucho de los títeres, el diálogo, las canciones, los cuentos, le encantará disfrazarse e imitar todas las acciones de los adultos. Es una etapa muy rica en la creatividad.
  • Los rompecabezas también llamarán mucho su atención
  • Todas las actividades de destreza física como los triciclos, bicicletas, jugar en una pileta, jugar a la pelota, saltar y correr.
Fuente: revistabuenasalud.com
Para mas información: Fuerza, juegos.

Los juegos más recomendados por edades.