Si decidiste tomar tu tiempo para tener hijos o el destino hizo de las suyas cuando andabas en los treinta y tantos casi 40’s, es posible que estés atravesando justo por la menopausia y la etapa más traviesa de tus hijos. ¿No es una buena combinación, cierto?
Antes muchas mujeres pasaban por la menopausia hasta después de haber visto a sus hijos casados, pero ahora, es mucho más común ver a tu alrededor mujeres que se mantienen activas profesionalmente, llevan la organización de su casa, dedican tiempo de calidad a su(s) hijo y pasan por la menopausia, ¡todo al mismo tiempo!
Si este es tu caso, es probable que además de tener que dividir tu atención, debas enfrentar los cambios físicos y hormonales de tu cuerpo. Cuando los trastornos que sufres en esta etapa (sofocos, incontinencia -falta de control de los efínteres-, fatiga, sequedad vaginal o irritabilidad) aparecen con mucha fuerza, es posible que tu hijo se sienta olvidado o prefiera alejarse para no verte agotada y de mal humor.
¿Cómo logro sobrevivir?Lo ideal es aceptar la situación por la que atraviesas. Esta etapa te exige dar un esfuerzo extra para que todo lo demás funcione y no sean las hormonas quienes decidan por ti. Para disminuir los síntomas físicos, los especialistas te recomiendan:
- Seguir una dieta rica en calcio y sin exceso de grasas
- Practicar ejercicio físico moderado
- Si sólo sufres sofocos o sequedad vaginal puedes recurrir a las pastillas o parches con pequeñas dosis de estrógenos (indicadas por tu médico), durante el menor tiempo posible.
Aunque no lo creas, esta situación también tiene su lado positivo: el ritmo que requieren tus hijos (y demás tareas) te obligará a mantenerte activa y buscar alternativas que puedan ayudarte a combinar estos cambios en tu rutina diaria.