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jueves, julio 24, 2014


A pesar de que la inapetencia en los más pequeños es uno de los motivos que más preocupan a los padres, en la mayoría de casos no es sinónimo de enfermedad.
 -Entre el 10% y el 25 % de padres de niños en edad preescolar, de dos a cinco años, acuden a la consulta de pediatría con la queja de que su hijo no come nada. Además, cuando lo hace es con desgana y protestas, y parece que no crece lo suficiente.
La mayor parte de los niños que rechazan comer tienen un apetitoapropiado para su edad y su ritmo de crecimiento. A pesar de que la ingesta de alimentos varía de un día a otro y puede parecer que ellos no comen durante largos periodos de tiempo, su crecimiento y desarrollo suele ser normal. A esta edad, los niños necesitan menos calorías, ya que su crecimiento corporal es más lento, pero la preocupación de la familia puede dar lugar a actitudes dealimentación inapropiadas o a medidas disciplinarias que pueden agravar el rechazo por el alimento.
Inapetencia infantil
Con frecuencia, la razón por la cual los padres fuerzan a comer a sus hijos es que desconocen la disminución fisiológica del apetito que se da entre los dos y los cinco años. Durante estas edades, la mayor parte de los niños ganan entre 1 y 2 kilos por año. Este ritmo de crecimiento es sólo entre un 20% y un 30% de la que tienen durante su primer año de vida. Como consecuencia, y de manera espontánea, a esta edad tienen menores requerimientos nutricionales y menor apetito.
A estas edades, los niños están más interesados por el mundo que los rodea que por los alimentos. Al forzarles a comer un determinado alimento se puede conseguir que lo rehúse, quedar condicionado a rechazar la comida y, a partir de ese momento, que el acto de comerse convierta en algo incómodo y poco placentero. El rechazo a la alimentación también puede ser el resultado de una técnica de alimentación inapropiada: castigos, súplicas y sobornos.
Incluso una presión excesiva puede llevar al rechazo del alimento. Para los niños, la familia es el modelo ideal para el desarrollo de las preferencias y de los hábitos alimentarios. Si un miembro de la familia rechaza comer un determinado alimento, el niño imita su comportamiento. Ante todo, hay que tener presente que el acto de comer debe ser siempre agradable: el olor, la presentación, el sabor y la variedad de los alimentos, así como la compañía y la atmósfera emocional, que también son factores determinantes.
Falsa inapetencia
Es necesario diferenciar la inapetencia reciente de la habitual. La reciente es la que aparece cuando el niño sufre una enfermedad aguda, y lo más probable es que ésta desaparezca cuando se resuelve el cuadro. En estos casos no hay que obligar a comer al pequeño, sino ofrecerle abundante cantidad de líquidos y fraccionar las comidas en varias tomas, en cantidades pequeñas. La inapetencia habitual es la que se prolonga en el tiempo y puede ser falsa o verdadera.
La falsa inapetencia debemos sospecharla cuando el niño come muchas golosinas, toma zumos todo el día, abundante cantidad de leche, come a deshoras, come dulces antes de las comidas y no acepta determinados tipos de alimentos como las verduras. El primer paso para el inicio de esta conducta negativa consiste en sustituir unalimento rechazado por otro de mayor agrado. Si el niño rechaza el primer plato por el segundo, se ha de condicionar la toma del segundo a una mínima cantidad del primero. A la hora de dar a probar nuevos alimentos y sabores, se ha de hacer de forma distendida, no con imposiciones fuertes, y sin perder los nervios.
Conviene negociar con el niño sobre la comida que rechaza. Se discutirá la cantidad mínima de cada plato que se debe comer y que sea el niño quien se sirva. De esta manera, se está favoreciendo su autonomía, independencia y responsabilidad en la elección. La verdadera inapetencia es aquélla que frecuentemente se presenta en un niño con un peso por debajo del normal para su edad, sin energías o desganado. Esta situación es generalmente sinónimo de enfermedad, y el médico es el encargado de realizar el diagnóstico y comenzar el tratamiento lo antes posible para que el niño pueda reiniciar una alimentación adecuada y recuperar su peso.
Consejos para que el niño coma
 La mejor manera de estimular y animar al niño a comer es dándole ejemplo. Los niños imitan a los adultos que ven diariamente. Otra manera de dar buen ejemplo es reducir la oferta de golosinas a días concretos, y no permitir que el niño coma a deshoras, controlando qué es lo que come el niño fuera de casa. Una vez en casa, es importante mantener las cuatro o cinco comidas diarias: desayuno,comida, cena y almuerzo y merienda.

Inapetencia Infantil

miércoles, abril 23, 2014

 fatiga Crónica en niños

Sindrome de fatiga Crónica en niños y adolescentes.
Se manifiesta con dolores de cabeza, dificultades cognitivas, hipermovilidad articular, dolores que cambian de lugar, trastornos de sueño, procesamiento de información enlentecido, temblores, náuseas, debilidad, hipotermia, dolor de garganta, ganglios linfáticos inflamados y despertar agotado aún después de una noche de sueño.
Los adolescentes también pueden tener problemas de memoria o concentración, así como dolores de cabeza.
Es aconsejable que los padres aporten informaciones que puedan ayudar a definir los síntomas, el inicio de la enfermedad y el grado de interferencia en su calidad de vida. Hay que ser cuidadosos al observar a los niños para no confundir sus síntomas con pereza y desgano. El 75%de los adolescentes no fueron diagnosticados por su médico de cabecera, sino por un pediatra u otro profesional de salud. Se cree que en occidente el Síndrome de Fatiga Crónico afecta de 50 a 70 niños cada 100.000. La mayoría de ellos, tienen una evolución favorable.
La doctora Gwen Kennedy de la Universidad de Dundee realizó un estudió comparando 23 niños sanos con 25 con síndrome de fatiga crónica. Les pidió que completaran el cuestionario de salud del niño y el de padres, con preguntas sobre calidad de vida, habilidades físicas, limitaciones sociales, salud en general, experiencias sobre dolor o molestias, salud mental, emocional, autoestima, interacción familiar y efecto en los padres. Los niños con síndrome de fatiga crónicaobtuvieron puntuaciones bajas en salud mental, limitaciones en relaciones sociales por dificultades físicas, baja autoestima, dolor, malestares incapacitantes, en grado peor aún que los niños con diabetes 1. Sin embargo, sus puntajes fueron buenos en relaciones familiares. Más de la mitad de los niños que participaron en el estudio, sintieron con el tiempo que sus síntomas mejoraban.
Aunque no se han llevado a cabo estudios a largo plazo, los niños afectados en forma moderada con síndrome de fatiga crónica,generalmente evolucionan mejor que los adultos, teniendo mayores posibilidades de remisión que los adultos.
El 88% de los casos habían comenzado con una infección. La Dra. Nancy Klimas, directora del Centro de Fatiga Crónica en la Universidad de Miami Miller School of Medicine, dijo que Los padres deben tener en cuenta, en primer lugar, que la enfermedad muy a menudo puede afectar a los adolescentes después de una mononucleosis.
La Dra. Kennedy comentó que el síndrome de fatiga crónica tiene un grave impacto en la calidad de vida de los niños: “la experiencia con la enfermedad los vuelve particularmente vulnerables porque es una parte de la vida en la que se interrumpe la educación. Es importante que la enfermedad sea reconocida y diagnosticada para que las consecuencias sobre la calidad de vida puedan atenuarse”. La Dra Kennedy colabora en Inglaterra con una organización que promueve la educación interactiva virtual para los niños con Síndrome de Fatiga Crónica.
El Dr. José Alegre Martín, coordinador de la Unidad de Síndrome deFatiga Crónica en Barcelona, estima que el trastorno es un proceso que puede llegar a condicionar una incapacidad laboral y constituir una causa de fracaso escolar en niños y adolescentes.
El 90 % de los adolescentes con la enfermedad tuvo alrededor del 15% de inasistencias a su escuela y solo 1 niño alcanzó buena asistencia.
Estudios recelan que 1 de cada 900 adolescentes desarrollará Síndrome de Fatiga Crónica, resultando una proporción mucho más baja que en la población adulta. Estimó una prevalencia de 111 adolescentes afectados por cada 100.000 con una incidencia anual de 12 por cada 100.000 niños. Añadió que los adolescentes muchas veces vuelven a la escuela y a las actividades demasiado pronto y que este regreso prematuro, puede estar relacionado con la activación del Síndrome de Fatiga Crónica. Si un atleta adolescente con la condición regresa a practicar deportes demasiado rápido, puede sentirse mal al día siguiente.

Sindrome de fatiga Crónica en niños y adolescentes.

jueves, marzo 27, 2014

Barras Nutritivas
Barras Nutritivas

Un desayuno nutritivo para llenar de vigor la mañana. Puedes acompañar muy bien con leche o para llevar en la lonchera
Últimamente las barritas de cereales se han vuelto la opción ideal para llevarlas en tu bolso o cartera y disfrutar cuando estás fuera de casa de un sano y nutritivo snack.
Están hechas de varios cereales que te aportan la cantidad de nutrientes y energía necesaria que te ayudan a continuar tu actividad diaria con éxito y a mejorar tu capacidad intelectual.
Para los niños y adolescentes son una fuente extra de energía entre comidas y una gran alternativa como reemplazo de las golosinas.
También son una buena opción como un “mata hambre” entre horas y son ideales para ayudar a controlar la ansiedad.
Además, por ser una fuente de energía, mejora tu capacidad de concentración y rendimiento físico, ideales para estudiantes y deportistas.
Son ricas en fibra que te ayudan a mejorar la digestión y a regular tus niveles de colesterol y glucosa en la sangre.
Las barritas nutricionales son recomendadas para todas las edades, son ricas, fáciles de llevar, sanas y muy nutritivas.
Algunas personas les tienen desconfianza, otras piensan que no aportan calorías y las consumen en exceso y otros que posiblemente están más informados las utilizan en compañía de algún otro alimento como parte de un desayuno, merienda o colación.

¿Qué hay acerca de sus ingredientes?

Los cereales (trigo, avena, maíz, arroz, cebada, centeno) son muy importantes por su excelente aporte de energía en base a su contenido en hidratos de carbono, además de aportar fibra- las versiones integrales, proteínas vegetales incompletas que pueden combinarse con otras proteínas y mejorar su calidad, muy pocas grasas pero de tipo insaturadas beneficiosas para la salud, vitaminas del complejo B (menos B12, de origen animal), hierro, magnesio, fósforo y potasio. Por ser de origen vegetal, no contienen colesterol. Las versiones integrales además del aporte de fibra contienen fitoquímicos, sustancias bioactivas que protegen contra enfermedades crónicas como las cardiovasculares y el cáncer.
Este grupo de alimentos aportan hidratos de carbono denominados complejos (almidón y fibra) porque se asimilan lentamente y la energía que proporcionan es por largo tiempo. A diferencia de los azúcares y dulces (hidratos de carbono simples) que se digieren rápidamente y, por lo tanto, aportan energía inmediata; la otra diferencia es que éstos últimos no van acompañados de nutrientes esenciales para el organismo (se dice que aportan calorías “vacías”) como lo hacen los alimentos que aportan hidratos de carbono complejos.
¿Cuáles elegir ante la enorme variedad que presenta el mercado?
Hay marcas que vienen fortificadas con vitaminas y minerales, de todas maneras, es necesario leer las etiquetas para verificar que proporción del o de los nutrientes en cuestión se cubre con una porción, por lo general, hacen solo un pequeño aporte extra.

Benéficos de completar un desayuno con barras nutritivas en los niños